Internet logra un mayor alcance y dependencia en cada una de nuestras vidas diariamente. En las escuelas confiamos en la aplicación de leyes, administradores de redes y educadores, para la seguridad a los estudiantes y protegerlos de los peligros que existen en Internet. Pero cuando finaliza el día escolar y los estudiantes regresan a sus hogares ¿quién los debe proteger? y aún más importante ¿cómo se pueden proteger?
Para poder contestar las interrogantes debemos conocer cuáles son esos riesgos y peligros. Podemos resumir los peligros de Internet en 5 grupos: ciberacoso, pornografía, robo de datos, pederastia, “malware” y “adware”. Con estos peligros definidos la contestación a la primera pregunta comienza a dividirse en dos contestaciones y ambas son correctas; padres y educadores. Ambos son responsables de proteger a los estudiantes una vez regresan a sus casas. La responsabilidad es compartida y complementaria. Los padres como encargados del hogar deberán tomar medidas de seguridad activas. De la misma manera que colocamos cerraduras en las puertas, cámaras de seguridad o utilizamos perros guardianes, los padres somos responsables de resguardar y observar los puntos de acceso a Internet en nuestro hogar.
¿Cuál es la función del educador? De muy poco sirve toda la seguridad si los usuarios, nuestros estudiantes e hijos, no conocen los riesgos, las normas y consecuencias de no seguir dichas normas. La educación sobre la seguridad en Internet es una responsabilidad compartida, con un flujo que comienza en la escuela y continúa en el hogar.
Esta primera etapa compuesta de la educación sobre la seguridad debe contener información sobre: pederastia, robo de datos y ciberacoso. El uso apropiado de contraseñas seguras, creando contraseñas individuales sin repetir patrones comunes debe ser uno de los primeros temas a desarrollar con nuestros estudiantes.
El siguiente tema de esta etapa tiene que ser, el control y manejo de nuestras fotos e información personal. Las fotos principales en perfiles sociales deben ser en ángulo, con máscaras o filtros. Nunca se debe colocar una foto clara y frontal de nosotros. Jamás se deben compartir galerías de teléfonos móviles con la audiencia general. Se deben modificar las opciones para separar familia, amigos y conocidos en diferentes categorías y niveles de acceso en nuestras redes sociales.
En tercer tema se deben establecer claramente reglas comunes de respeto y diálogo entre los estudiantes, educadores y padres. El ciberacoso es difícil de supervisar y prevenir por la cantidad de redes sociales existentes. Por lo tanto, necesitamos que los estudiantes puedan distinguir una conducta incorrecta por parte de otro usuario, y tengan la confianza para reportarla a un adulto. Educar a los estudiantes en el uso apropiado y moralmente correcto siempre será tarea compartida entre maestros y padres.
En la segunda parte de este artículo, les hablaré sobre las responsabilidades que como padres debemos tener con las redes en nuestro hogar.