Una compañera maestra dijo que con frecuencia recordaba algo que me había escuchado decir hace un par de años. Yo lo había olvidado y, al recordarlo, me he quedado dándole vueltas en mi cabeza. Esto lo dije en un reconocimiento que recibió una de mis estudiantes en el evento Extreme Students de Forward Learning. Para este evento los estudiantes se preparan para tomar tres certificaciones de Microsoft Office Specialist y una de mis estudiantes obtuvo la puntuación más alta. Estando sobre el escenario se me pidió un comentario. Yo, entre otras cosas, dije: “todos los estudiantes son iguales”. Sin embargo, hoy me detengo a reflexionar y me doy cuenta de que esto no es del todo cierto y que, a veces, en la emoción del momento nuestras palabras no son suficientes para expresar nuestros pensamientos.
No debe haber duda de que de la misma manera que cada ser humano es único e irrepetible, nuestros alumnos también lo son. En eso se basan las ya tan arraigadas tendencias educativas basadas en las inteligencias múltiples y en las diferencias que existen entre los seres humanos. Además de que cada uno se enfrenta a su propia realidad, nuestros alumnos aprenden de diferente manera y a diferente ritmo. Cada uno lo hace de acuerdo a las áreas y disciplinas que más conocen, que más les gusta y en las que son más diestros. Una máxima atribuida a Albert Einstein dice: “Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su capacidad de trepar árboles, vivirá toda la vida pensando que es un inútil”. Con demasiada frecuencia les pedimos a nuestros “peces” que suban al árbol. Con demasiada frecuencia nuestros alumnos salen de nuestras manos pensando que son inútiles.
Así que he tomado la decisión de no volver a pronunciar la frase “todos los estudiantes son iguales” porque, en realidad, eso no fue lo que quise decir. Lo que quise decir es que todos los estudiantes son capaces de dar lo mejor de sí mismos.
Todos los estudiantes:
- tienen derecho a que sus profesores les ayudemos a explotar su potencial y a descubrir su inteligencia
- merecen oportunidades de crecimiento
- tienen habilidad para algo y tienen algo que aportar al mundo
- tienen derecho a no sentirse humillados por ser comparados con otros
- deben sentir nuestro respeto y nuestra admiración
No todos los estudiantes son iguales, pero todos son igual de especiales.