En los últimos meses, junto a un equipo de colegas, he colaborado para desarrollar la Política de Inteligencia Artificial (IA) de nuestra empresa, Forward Learning. Este proyecto no solo ha requerido establecer principios fundamentales para el uso ético y responsable de la IA, sino también analizar diversos marcos que faciliten la integración de esta tecnología en los entornos educativos que atendemos, desde el nivel K-12 hasta programas de aprendizaje para adultos.
En este contexto, los Estándares de la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE, por sus siglas en inglés) y el modelo SAMR han sido herramientas clave para orientar nuestra visión. En el artículo de hoy, profundizaré en el modelo SAMR y en cómo se puede analizar críticamente a la luz de las tecnologías de inteligencia artificial.
¿Qué es el modelo SAMR?
El modelo SAMR, propuesto por el Dr. Rubén Puentedura, es un marco práctico que guía a los educadores en la integración efectiva de la tecnología en los procesos educativos. Este modelo permite evaluar si las herramientas tecnológicas se están utilizando como un simple sustituto (con o sin mejoras funcionales) o si están transformando significativamente las experiencias de aprendizaje, creando oportunidades antes impensables.
El modelo consta de cuatro niveles progresivos de integración tecnológica:
- Sustitución: La tecnología se utiliza como un reemplazo directo de una herramienta tradicional sin cambios significativos en su función. En este primer nivel el docente se centra en realizar actividades digitales sencillas que quizá no mejoren drásticamente la experiencia educativa, pero que ponen de relieve la importancia de la digitalización en el aprendizaje.
- Ejemplo: Para escribir un ensayo, los estudiantes utilizan un procesador de texto, como Microsoft Word, en lugar de papel y lápiz.
- Aumento: La tecnología sustituye una herramienta tradicional, pero con mejoras funcionales que optimizan el proceso y proporcionan beneficios adicionales.
- Ejemplo: Los estudiantes utilizan un procesador de texto con corrección ortográfica automática y la capacidad de añadir comentarios en tiempo real.
- Modificación: Es a partir de este nivel que el uso de la tecnología permite iniciar una transformación de la experiencia de aprendizaje. En este caso, las tecnologías permiten rediseñar significativamente las actividades.
- Ejemplo: Crear un blog colaborativo donde los estudiantes publiquen sus ensayos y reciban comentarios de una audiencia global.
- Redefinición: La tecnología permite la creación de nuevas tareas, antes inimaginables. En este nivel el objetivo es revolucionar por completo la experiencia de aprendizaje.
- Ejemplo: Los estudiantes producen una novela interactiva multimedia donde integran texto, ilustraciones generadas con inteligencia artificial, narración grabada por ellos mismos y efectos de sonido diseñados con herramientas digitales. Además, la publican en una plataforma en línea que ofrece a otros lectores la posibilidad de tomar decisiones que alteren el curso de la historia, creando una experiencia de lectura inmersiva y personalizada.

Es importante destacar que el modelo SAMR no pretende ser una escala rígida, sino una guía para fomentar la reflexión pedagógica. Continuamente, les recuerdo a los educadores con quienes colaboro que no todas las actividades deben alcanzar los niveles superiores; lo importante es que la tecnología se utilice de manera intencional, significativa y alineada con los objetivos instruccionales.
Al implementar el modelo, los docentes pueden hacerse preguntas clave como:
- ¿Esta herramienta tecnológica está sustituyendo un recurso existente o lo está mejorando?
- ¿Qué quiero que mis estudiantes aprendan? ¿Cómo se alinea esta integración con los objetivos de aprendizaje?
- ¿La tecnología sirve como un medio para que puedan lograrlo?
El modelo SAMR y la inteligencia artificial
Ahora bien, ¿cómo se relaciona este modelo con la inteligencia artificial? Recientemente reflexioné sobre ello y observé que muchas herramientas de IA se utilizan principalmente en los niveles de Sustitución y Aumento. Por ejemplo:
- Sustitución: Utilizar una herramienta de IA para transcribir automáticamente notas de clases, redactar escritos o generar resúmenes de textos largos, reemplazando procesos manuales. En este ejemplo, cabe resaltar que ni siquiera podríamos estar hablando de una mera sustitución, sino de un reemplazo, ya que la IA realizaría completamente la tarea de redactar, resumir, etc., liberando al estudiante de dichas responsabilidades. Esto contradice el objetivo principal del modelo SAMR; lograr que el uso de las tecnologías potencien el aprendizaje real. En esta situación, es responsabilidad del educador provocar una participación activa por parte del estudiante. Una recomendación sería solicitar al estudiante que utilice la IA para redactar un borrador inicial, pero requerirle que revise, edite y personalice el escrito con sus propias ideas.
- Aumento: En este nivel, los docentes pueden incorporar un modelo de IA para ofrecer a los estudiantes retroalimentación personalizada en tareas escritas, mejorando la precisión y la eficiencia.
Cuando consideramos las aplicaciones avanzadas, el verdadero potencial de la inteligencia artificial se muestra en los niveles superiores del modelo SAMR. Más allá de la automatización de tareas, estas herramientas pueden ampliar significativamente las capacidades humanas y transformar la manera en que aprendemos, colaboramos y creamos.
Por ejemplo:
- Modificación: Los estudiantes pueden utilizar modelos de lenguaje natural, como Copilot, ChatGPT o Gemini, para analizar las contribuciones escritas en proyectos grupales y recibir sugerencias que mejoren la coherencia y la calidad del contenido. En este ejemplo, el modelo de lenguaje no solo mejora la tarea existente, sino que introduce capacidades que amplían y redefinen el proceso de colaboración y mejora del contenido en proyectos grupales, más allá de la simple corrección de texto.
- Redefinición: Se pueden crear experiencias inmersivas en mundos virtuales, donde la inteligencia artificial actúe como un guía interactivo. En este contexto, la IA adapta los contenidos que los estudiantes exploran y responde en tiempo real a sus decisiones, personalizando la experiencia de aprendizaje según su nivel, intereses y necesidades específicas.
Retos y oportunidades
¿Por qué esto es importante? A pesar de que llevamos años destacando la importancia de integrar la tecnología en la sala de clases, la llegada de la inteligencia artificial nos desafía a reconsiderar y rediseñar las experiencias de aprendizaje de manera que resulten ser más efectivas, inclusivas y alineadas con las exigencias del mundo en que vivimos. En este sentido, el modelo SAMR se presenta como un aliado para guiar el proceso. No obstante, avanzar hacia los niveles más altos de este modelo implica enfrentar retos significativos. Uno de los retos principales es la desigualdad en el acceso. No todas las instituciones tienen los recursos e infraestructura necesarios para implementar herramientas de IA avanzadas, lo que podría aumentar la brecha digital. Por ello, las políticas educativas y las decisiones de financiamiento deben priorizar la equidad y la inclusión. Es primordial garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su contexto socioeconómico, tengan acceso a estas tecnologías y puedan aprovechar los beneficios que ofrecen para su aprendizaje y desarrollo.
De otra parte, muchos educadores carecen de formación para integrar la IA más allá de los niveles básicos (Sustitución, Aumento) del modelo. Aunque no está mal que los docentes utilicen la IA en estos niveles para automatizar tareas que antes requerían mayor tiempo, esto limita su capacidad para diseñar experiencias que logren llevar el aprendizaje de sus estudiantes a otro nivel. Es crucial que las instituciones educativas inviertan en la capacitación continua de sus docentes, no solo en el aspecto técnico de las herramientas de IA, sino también en su aplicación pedagógica. Además, se debe promover la investigación y el desarrollo de prácticas pedagógicas que integren la IA de manera significativa y ética.
Notas finales
El modelo SAMR ofrece un marco valioso para guiar la integración de la tecnología en la era de la inteligencia artificial. Su aplicación nos permite reflexionar sobre el impacto de estas herramientas en el aprendizaje y nos recuerda la importancia de usar la tecnología con intención y propósito pedagógico, de manera que beneficie a todos los estudiantes equitativamente y se potencien las capacidades humanas.
Para profundizar sobre estrategias y temas de inteligencia artificial, puedes consultar publicaciones anteriores. También te invito a unirte al grupo Inteligencia Artificial y Educación, donde compartimos recursos útiles y nuevas ideas.