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Escribo este artículo en tiempos de pandemia, cuando millones de profesores a nivel mundial han cambiado su manera de enseñar, todo para lograr que sus alumnos aprendan. Cuando todo esto comenzó, muchos de ellos estaban preparados y no tuvieron mayores tropiezos. Mientras que otros lograron superar sus miedos y aunque tuvieron tropiezos, salieron adelante. Definitivamente, la perseverancia caracteriza a los educadores. Es una de nuestras mayores virtudes. Cuando hay que resolver un problema, ponemos todo nuestro esfuerzo y no estamos tranquilos hasta lograr la meta. Este artículo es una invitación que pretende que los educadores reflexionen sobre qué pasará con la integración de la tecnología una vez regresen a las escuelas.

He reflexionado ampliamente sobre el tema. A esto le sumo mi experiencia en este campo de la integración de la tecnología. En este momento, puedo concluir que la tecnología siempre estará disponible. La clave está en cómo la utilizamos para que los alumnos aprendan. Y me pregunto, como educadores, ¿estamos preparados para asumirla de manera intencionada con el propósito de transformar el proceso de enseñanza aprendizaje, más allá de sucesos como el COVID-19? En las redes sociales, entre los educadores, leo y escucho continuamente: “Estoy loco porque esto acabe para volver a la normalidad”.  Entonces recibí un meme haciendo referencia al regreso a clases después de superar la pandemia.  Mientras muchos ven en la imagen a un profesor y a sus alumnos con unas libras (kilos) de más, yo me enfoqué en la falta de tecnología en el ambiente de aprendizaje.  En la imagen, solo se aprecia una computadora en un lado del aula.  Y vuelvo a preguntarme, ¿la normalidad será dejar la tecnología a un lado?  Tenemos que pensar que según nosotros cambiamos la manera de enseñar durante este tiempo, nuestros alumnos también cambiaron su manera de aprender. Sería bueno que en vez de pensar en regresar a la “antigua normalidad” reflexionemos sobre los aspectos positivos que trajo la pandemia para nuestro crecimiento profesional y el enriquecimiento del proceso de enseñanza aprendizaje. Además, motivarnos a analizar si los aspectos positivos de la “nueva normalidad” son sinónimos de cómo debimos estar integrando la tecnología antes de la pandemia.

Lo cierto de todo lo ocurrido es que lo que antes tomaba años en lograrse, se logró en poco tiempo.  Todos nos pusimos patines. Las administraciones de las escuelas tomaron decisiones en tiempo récord, mejoraron la Internet en muchas de las escuelas y hasta adquirieron equipos. Los profesores tomaron talleres iniciales sobre diversas plataformas y se formaron continuamente mediante sesiones en directo y webinars sobre el uso de aplicaciones. También, abogaron por recursos para sus escuelas. Además, diseñaron ambientes de aprendizajes diversos, colaboraron y aprendieron con sus pares. Descubrieron que todos debemos modelar la importancia de la ciudadanía digital.  Esta va más allá de la de que un profesor de tecnología puede enseñar. Enseñaron, re-enseñaron y analizaron los datos para ayudar a sus estudiantes. Todo para lograr que continuara el proceso de enseñanza aprendizaje. ¡Definitivamente hubo integración y aprendizaje para todos! Me pregunto, si todo esto que se logró en periodo pandémico continuará durante “la nueva normalidad”. Ya, el que más o el que menos, superó el miedo al uso de la tecnología. Por eso me reafirmo en que este es el momento perfecto para continuar, empoderarnos y catalizar el aprendizaje de los alumnos con el uso de la tecnología. ¿Cuáles serían los siguientes pasos?

Propongo una reflexión profunda de todas las partes involucradas en la comunidad escolar con énfasis en las siguientes acciones:

Directivos:
  • Recoger datos sobre el sentir de la comunidad escolar con relación al proceso enseñanza aprendizaje mediante la tecnología.
  •  Luego, diseñar cuál será la nueva visión en cuanto al proceso de enseñanza aprendizaje con tecnología para definir metas a corto, a mediano y a largo plazo. Recomiendo estudiar las condiciones esenciales de ISTE para lograrlo.
Profesores:
  • Hacer una reflexión profunda sobre su práctica como educadores. Algunas de las preguntas que pueden guiar su reflexión son: ¿Qué lograron? ¿Qué aprendieron durante el proceso? ¿Qué aspectos positivos resaltan? ¿Cuáles fueron los aspectos negativos?  ¿Cuáles son sus nuevas fortalezas y sus debilidades? ¿Qué les falta por aprender? ¿Cómo lo logrará?
  • Establecer metas asequibles y un plan para integrar la tecnología y lograr el aprendizaje de los alumnos. Debemos subir el nivel. No basta con conocer aplicaciones, dominar las plataformas de manejo de aprendizaje, compartir pantalla, hacer vídeos y comentar en las redes. 
  • Colaborar con colegas para encaminar la visión de la escuela.
  • Continuar su desarrollo profesional.

Según llegó, la pandemia saldrá de nuestras vidas. Deseo que en la “nueva normalidad” permanezca la urgencia que trajo el COVID y nos motivó a: descubrir, colaborar, innovar, errar, desaprender y continuar aprendiendo mediante el uso de la tecnología. Ya estamos cerca de superar la crisis, continuemos empoderándonos… 

Comparta: ¿Qué experiencias y aprendizajes quisiera retener en la “nueva normalidad”?

“Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”

Albert Einstein

Irma Perez

Irma es Gerente de Servicios Educativos en Forward Learning. Cuenta con sobre 26 años de experiencia integrando la tecnología de manera efectiva en la educación. Colabora de manera exitosa con instituciones educativas en Puerto Rico, el Caribe, Centro, Sur América y España. Le apasiona ayudar a transformar procesos educativos en escuelas mediante una visión que promueve el balance entre la pedagogía y la tecnología. Ha obtenido premios por el diseño y la implementación de proyectos de integración tecnológica a nivel local e internacional. Está certificada en PBL. Es Microsoft Office Specialist y Microsoft Certified Educator.